A casi una semana de haber salido a la venta la nueva versión de la iPad, este dispositivo ya tiene reemplazo. A esto se le llama obsolescencia planeada.
Compañías como Apple, se dedican a innovar y a mantener a su mercado satisfecho con sus productos. Sin embargo, cualquier artículo puede ser perfectible; eso lo tienen claro este tipo de empresas y es por eso que mucha de su labor se orienta a seguir perfeccionando sus productos. Honestamente, si analizáramos cualquiera de los objetos que tenemos en la casa o en el trabajo, el servicio de los lugares a los que asistimos o los servicios que contratamos, encontraríamos que todos ellos se pueden mejorar en uno u otro aspecto. Sin embargo, en el caso de los artículos electrónicos, las personas que se apasionan con su uso y compra, deben estar conscientes de que su nuevo dispositivo muy pronto será obsoleto y que muy probablemente, cada día que pase su precio irá disminuyendo y que en poco tiempo habrá una versión mejorada del mismo.
También, dependiendo del trabajo que desempeñe, un consumidor podrá ser un comprador asiduo de este tipo de artículos, por la misma circunstancia de su empleo. Sin embargo, tampoco hay que negar que la moda juega un papel de suma importancia en la adopción de innovaciones en cuanto a dispositivos electrónicos se refiere. Existen productos muy llamativos o diseñados por reconocidos personajes que hacen que muchos consumidores quieran tener la primicia. El querer pertenecer a un grupo social, estar a la altura de los demás o la presión social de aquellos que nos rodean, hacen que la adopción de innovaciones se haga más por compartir un estilo de vida, que por llevarlo a cabo de manera real y consciente. Se trata entonces en este caso de un asunto social, más que de gusto personal.
Aunado a lo anterior, hay personalidades que gustan de la innovación y de adoptar los productos más novedosos primero que nadie. A estas personas se les llama innovadores y generalmente representan sólo un 2.5% de la población. Están en búsqueda constante de lo más nuevo porque les confiere un estatus privilegiado ante los demás y porque pueden formar parte de un grupo de consumidores que gustan de estos productos y con los que comparten sus experiencias. Generalmente, un adoptador innovador es joven y con alto poder adquisitivo. Sin embargo, esta actitud innovadora va disminuyendo con el paso del tiempo, pues llega un momento en que existen otras cosas que le interesan más o se cansan de gastar dinero en productos que serán obsoletos en muy poco tiempo. Entonces, optan por la comodidad de quedarse con un aparato no tan nuevo, pero que satisfaga sus necesidades más primordiales.
Al respecto, aunque no me considero un consumidor rezagado, tengo que reconocer que estoy entre la mayoría tardía de adoptadores. Cuando veo que todo mundo trae algo nuevo y que funciona mejor de lo que yo estoy usando, “me arriesgo a comprarlo” y digo “me arriesgo” porque muchas veces ya estoy muy cómoda con lo que tengo y no quiero “arriesgarme” a gastar dinero en un producto que tal vez no sea de mi agrado.
Cada vez que estemos a punto de comprar un producto muy innovador, analicemos si es compatible con nuestro estilo de vida y de los de más dispositivos que ya poseemos. Esto para no arrepentirnos después de la compra que hicimos.