El domingo pasado fuimos a las urnas y ejercimos nuestro
derecho de voto. Escogimos a la persona que consideramos será la mejor para
gobernar a nuestro país. Tal vez ganó “nuestro” candidato, tal vez no. Pero
desde hoy, tenemos que hacer lo que nos toca, cada uno de nosotros, desde
nuestros trabajos, desde nuestras trincheras, para que México sea mejor y siga
saliendo adelante.
Lo que más me gustó de este domingo, fue ver a una gran
cantidad de mujeres votando. No hace mucho, las mujeres no podíamos votar y
creo que a veces no lo recordamos. Apenas el 3 de julio de 1955 fue la primera
vez en que le fue permitido votar a las mujeres en el gobierno de Adolfo Ruiz
Cortines. Ayer, tal vez ninguna lo recordó, pero ejerció su derecho de voto y
eso es lo importante. También me gustó ver a las familias y a las parejas
unidas votando, los niños acompañando a sus padres y ver a los funcionarios de
casilla apoyando.
Lo que no me ha gustado de la contienda electoral en
general, ha sido la violencia. Tal parece que la libertad de expresión se ha
entendido como el poder decir lo que sea, en donde sea y cómo sea a cualquier
persona. La violencia, no debería ser nunca un pretexto para la libertad de
expresión. Los disturbios en las calles, las ofensas y amenazas, no deberían
tener cabida en nuestra sociedad, en ningún momento, y hacia ninguna persona.
Abogamos por que cada quien elija al candidato que le parezca mejor y
deberíamos respetar esta decisión y este derecho. Antes bien, deberíamos
asegurarnos que efectivamente, estos votos están siendo respetados y que se
está cumpliendo con los deseos de la mayoría. Pero de esto nos debemos encargar
siempre para poder tener confianza en nuestras instituciones y tener la certeza
de que se está haciendo lo que nosotros estamos pidiendo.
De hoy en adelante, nos toca a todos colaborar para que el
país sea competitivo, atractivo para las inversiones extranjeras, que nuestros
niños y jóvenes tengan educación de calidad y que cada uno de nosotros tenga un
mejor nivel de vida. Apoyemos a México… México somos todos y así debemos
actuar, sintiendo que cada uno de nosotros forma parte de este país y que con
nuestros actos, estamos aportando a su crecimiento o decadencia.
Nos falta mucho por hacer. Entre muchas otras cosas, está la
de inscribirnos en este ejercicio mundial de ecología. A México le está
llegando tarde la conciencia por el cambio climático y el calentamiento global,
también estamos convirtiéndonos en un país de obesos. Es tiempo de empezar a
hacer cosas que realmente representen un cambio en nuestro consumo diario.
Dejar de usar plásticos y unicel es un buen comienzo que cada uno de nosotros
puede hacer desde sus casas para ayudar a detener el calentamiento global.
Alimentarnos debidamente para evitar la obesidad, es también un aporte que cada
uno de nosotros puede hacer para que México no siga escalando los peldaños de
los países con más niños y adultos obesos del mundo. Hagamos de México un país
más saludable.
Estoy segura que si cada uno de nosotros piensa en lo que
puede hacer para que México sea un mejor país, encontraría muchos ejemplos,
algunos pequeños, otros más grandes, pero todos valiosos. Los invito a pensar
en las cosas con las que cada uno de nosotros podemos colaborar para que hagamos
cambios empezando desde el día de hoy, y así ayudar a que México sea un mejor
país.