En la fiebre actual de los espacios online,
todas las empresas quieren estar en la red. Sin embargo, contar con una página o
estar también en redes sociales, no siempre determinará que en el futuro su negocio
sea más exitoso.
Si bien es cierto que el internet se ha
convertido en la nueva sección amarilla en la que se espera encontrar a todos
los negocios; esto no quiere decir que todas las empresas deban tener también
su espacio en redes sociales tales como Facebook, Twitter. Si ya tiene su
propia página de internet, dese por bien servido y sea cauteloso al entrar a
cualquier otro espacio que necesite de un monitoreo continuo. Igual que como se
cuida cualquier imagen de marca, primero debe verificar si el espacio al cual
quiere acceder está relacionado con la imagen de su marca o el público al que
va dirigido su producto. Respecto a los dos anteriores, se dice que Facebook es
para los más jóvenes, aquellos que buscan información más visual; y que Twitter
es para consumidores más adultos que gustan de “leer” y profundizar más en la
información.
Al igual que antes, tenemos que saber qué
medios son los que consumen nuestros clientes, pero también saber qué buscan en
esos medios. ¿Es el internet un espacio más de entretenimiento que de
información, o es sólo un lugar a donde se hace contacto con los amigos?. ¿Se
espera obtener alguna solución y hacer trámites y solicitudes en la misma, o
sólo obtener datos rápidos?. Ya no es posible únicamente saber qué es lo que
nuestro cliente está buscando y para qué, en cuestión de productos para
satisfacer sus necesidades; sino también es primordial conocer cuál es el
proceso que siguen para solucionar sus problemas. Entonces, hay que
preguntarnos si con nuestra página podemos ser parte de este proceso de
solución de problemas o adquisición de información, y si con respecto a la
competencia, estamos haciendo la diferencia.
Por ejemplo, muchos clientes gustan del
consumo de algunos productos y servicios, pero también de entretenerse con él o
de buscar información que esté relacionada con la actividad en particular que
rodea al producto. En el primer caso, algunas marcas tales como Samsung o
Continental Casualty se han unido a lo que se ha llamado “gamification” o “ludificación”, lo cual consiste en unirse
a un juego de la marca en donde se puede ser acreedor a premios o
bonificaciones. Con estas estategias, muchas empresas están sacando provecho de
la tecnología mediante las redes sociales y los juegos para captar una mayor
cantidad de seguidores. En el segundo caso, muchos clientes gustan de alguna
marca porque complementan algún estilo de vida: el consumo de alguna marca de
vinos de prestigio o algún reloj de lujo. El que la marca comparta con ellos
información más detallada no sólo de su marca sino del gusto por la enología o
la historia de los relojes más reconocidos, así como de su manufactura, hará de
la compra y del acceso a la página del fabricante una oportunidad más de que la
marca tenga una relación más estrecha y a largo plazo con el consumidor.
Cualquiera que sea la estrategia que desee
seguir, debe conocer bien a sus clientes y lo que les gusta o no hacer online.
Por muy bueno que sea el juego o por muy bonita que sea su página de Facebook,
si el perfil de sus clientes no es para acceder a este tipo de espacios, será
muy difícil que logre algún avance con estos cambios.