Hace
algunos años era casi imposible imaginar que una marca de autos de lujo tuviera
modelos pequeños. Sin embargo, debido a las condiciones actuales del mercado,
las firmas de lujo están optando por la producción de autos en formatos más
pequeños que los que hacían con regularidad.
Las normas
energéticas de algunos países, los tiempos de recesión, de crisis y de austeridad
en otros, están haciendo que las marcas de autos de lujo produzcan vehículos
más rentables y a precios más accesibles. Autos dirigidos a un mercado de
consumidores que optan por modelos que comunican a los demás un comportamiento
mucho más acorde con la falta de recursos y orientados hacia el cuidado del
medio ambiente. Con formatos muy parecidos a los de los autos comunes, pero de
proporciones reducidas, estas firmas están apostando por un nicho de mercado
que está prefiriendo las opciones más accesibles y pequeñas, pero sin dejar de
disfrutar de las cualidades que las marcas de lujo les otorgan.
En un
inicio, la compra de autos pequeños pero poco equipados, correspondía a
aquellas personas que empezaban a tener dinero y que no querían esperar a
comprar un auto “normal” de una marca de lujo. Así, aunque no tuvieran el lujo
de un auto grande, la opción más pequeña y accesible para ellos, significaba
poder anunciar a los demás su recién adquirido éxito económico. Así, las marcas
que iniciaron produciendo autos de lujo en formatos más pequeños, capturaron a estos
consumidores con modelos más accesibles, pero poco equipados.
Posteriormente,
este comportamiento cambió cuando los
consumidores empezaron a adquirir, con el mismo dinero, autos de otras marcas
que aunque no fueran sinónimo de lujo, podían ofrecerles mucha más amplitud y
equipamiento y que además, pasaban desapercibidos para los demás. Entonces se
empezó a pensar que los consumidores preferían gastar su dinero en autos
grandes y equipados, que en las opciones poco equipadas y pequeñas de las
marcas de lujo. Sin embargo, con el advenimiento del Mini y con la consiguiente
comprobación de que las personas podían pagar precios altos por autos pequeños,
los fabricantes optaron por la producción de autos más chicos, con las mismas
características de lujo, pero más accesibles para un segmento que se prevé
seguirá en crecimiento.
Además de
satisfacer a este nicho de mercado con esta nueva oferta de autos, las
diferentes marcas están comunicando a sus clientes, que son partícipes de la
crisis y que se suman a los diferentes esfuerzos de sus consumidores por
convertirse en personas más conscientes y ahorradoras. La tendencia hacia la
compra de este tipo de vehículos se ha agudizado debido a la crisis, pues aquellos
que aún tienen el poder adquisitivo para adquirir un auto de lujo de
dimensiones “normales”, prefieren los formatos pequeños, pero exigen las mismas
características de lujo que uno de tamaño estándar. Así, en un esfuerzo por
conservar la superioridad, y enviar a los demás el mensaje de tener éxito en
sus carreras, con la compra de un auto pequeño pero de lujo, este tipo de consumidores
comunican un “si puedo, pero no quiero”:
podría tener un auto de lujo más grande, pero no quiero, porque menos es más.
Así las
cosas, en las más recientes exhibiciones de autos, las diferentes marcas de
lujo han estado presentando sus diferentes modelos a un mercado que sin duda,
seguirá en crecimiento.