Si hablamos
de época de nuestros padres, a la situación actual, las cosas han cambiado
mucho y los hábitos de consumo de las “familias” también.
Anteriormente,
eran las madres quienes hacían las compras de los alimentos y eran los padres
quienes decidían a la hora de comprar un automóvil o contratar un seguro. Los
niños eran receptores y muy pocas veces decisores de compra.
Hoy en día,
las cosas han cambiado de manera radical. Son muchos los motivos de estos
cambios, entre ellos se encuentran el que las mujeres están mucho más
interesadas en entrar a la vida laboral que en estar en casa al cuidado de los
hijos, es por eso que además de que el número de hijos ha declinado, también ha
aumentado la edad para tenerlos. Y para agravar la situación, los matrimonios
han disminuido y los divorcios van en aumento.
Los roles
dentro del hogar también se han modificado, dando paso a un sistema mucho más
igualitario, lo que facilita que tanto hombres como mujeres puedan tomar igual
cantidad de decisiones y con el mismo nivel de importancia. Otra característica
de cambio es el papel que juegan ahora los niños en las familias. Al ser menos
niños o incluso hijos únicos, se les toma más en cuenta a la hora de realizar
las compras relacionadas con ellos y con el hogar.
Anteriormente,
el término “Familia” se tomaba en cuenta para todos los datos relacionados con
las estadísticas y estaba formada de la manera tradicional, un padre, una madre
y uno o mas hijos. Hoy en día, el término ha cambiado y el que se usa es el de
“Hogar” y que se refiere a las personas que ocupan una misma casa. Los
integrantes pueden o no estar emparentados por lazos consanguíneos. De hecho,
según datos de Euromonitor Internacional, hablando en términos globales, hoy en
día el número de miembros por hogar es de 3.7 y en algunos países es menor.
Y es que
ahora es más común que algunas parejas decidan no tener hijos, el
encarecimiento de los alimentos, así como las crisis que enfrentan algunos
países han hecho que las parejas decidan vivir cómodamente con un doble
ingreso. De esta manera, pueden adquirir alimentos orgánicos, viajar y comprar
artículos de lujo. Los más radicales deciden hacer su vida solos y disfrutar de
su ingreso comiendo fuera, comprando ropa, viajando y divirtiéndose. La
preocupación por no poder otorgar a sus hijos la educación y los privilegios
con los que ellos contaron, hace que muchas parejas retrasen el momento de
tener hijos y que incluso descarten esta posibilidad. El alza en los divorcios
ha hecho que algunas parejas decidan no volverse a casar o vivir con alguien
más que también ha tenido un divorcio. Es por eso que actualmente es posible
ver más hogares formados por parejas con hijos de anteriores matrimonios.
Según
Euromonitor Internacional, a nivel global existen varias coincidencias en
cuanto a los hábitos de consumo de los hogares. La mayoría de las parejas
preparan sus propias comidas, usan ingredientes crudos para cocinar, se
interesan en ahorrar dinero comprando en rebajas o artículos en descuento y
realizan actividades que son amigables con el medio ambiente. Los productos más
populares para las personas de la tercera edad son los relacionados con el
cuidado de la salud, la jardinería y el cuidado de la casa.
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