El Festival
de Cannes fue el evento elegido por la marca Chopard para presentar su última
colección de joyas “verdes”. Y es que dada la gran relevancia que hoy en día
tiene la sustentabilidad en el mundo, las marcas de lujo están seleccionando
las asociaciones y las causas que las hagan dignas de ser parte de una compra
justa.
Chopard es
sólo un ejemplo del movimiento mundial sobre el lujo con causa. En esta
ocasión, el interés principal de la marca, se centró en anunciar su sociedad
con la Alianza por la Minería Responsable (Alliance for Responsible Mining
ARM). Este organismo tiene como propósito el mejorar el bienestar y la equidad
de las comunidades llamadas MAPE (Mineras Artesanales de Pequeña Escala). Entre
las diferentes actividades que realizan están el mejorar las prácticas
sociales, ambientales y laborales de estas comunidades asegurando un buen
sistema de gobierno al mismo tiempo que implementan prácticas de restauración
de los ecosistemas. Las 66 joyas de la colección que presentó el pasado jueves
la marca en el Festival, fueron realizadas con oro de pequeñas minas de
Colombia y Ecuador.
La ARM no
es el único ejemplo de organismos que buscan una sustentabilidad para este tipo
de productos. Oro Verde es otra iniciativa colombiana que se dedica a defender
el patrimonio de las familias que trabajan en la minería de forma artesanal, en
el Departamento del Chocó en Colombia. Al mismo tiempo que tratan de preservar
el medio ambiente, luchan por buscar dar un mejor nivel de vida a estas
familias mineras.
Por su
parte, Gemfields, el productor más importante de piedras preciosas en el mundo,
se han enfocado últimamente en comercializar las piedras de una manera justa tanto
en las áreas sociales como ambientales. Su reputación también se basa en que
garantizan a sus compradores, que la procedencia de cada una de las piedras no
esté relacionada con injusticias sociales.
Ya no basta
pues con vender joyas, ahora los consumidores quieren saber de dónde vienen
éstas, si las familias que trabajan en la extracción de estos productos viven
dignamente y si no se están transgrediendo sus derechos humanos. Las marcas de
lujo, y en particular, las de joyería tienen un largo camino por recorrer
después de que en los 90´s se iniciara una campaña para frenar uno de las
razones de la guerra en África, el contrabando de los llamados Diamantes de
Sangre. Con el Proceso Kimberly, iniciado en 2003, se exige a los países
africanos la exportación de las piedras con una certificación de que se
encuentran “libres de conflicto”. Al mismo tiempo, los países importadores se comprometen
a comprar únicamente diamantes certificados. En este proceso participan 49
miembros que representan a 75 países. Lo interesante de este proceso es que, también
incluye reglas con las que se verifica el origen de los diamantes cuando éstos
ya han sido cortados y pulidos y se encuentran en manos de los fabricantes de
las joyas.
La
sustentabilidad hoy en día está ocupando un lugar preponderante en nuestras
vidas. Para asegurarnos de que todos los que poblamos este planeta disfrutemos
de los mismos derechos, las certificaciones están siendo una herramienta muy
útil para poder presentar a las marcas como partícipes de este llamado de
conciencia mundial. Los consumidores, hoy más que nunca están interesados por
la ecología, pero también por la transparencia.