Queremos ir
a Italia, a Roma, a conocer el Vaticano, el Foro Romano; a Inglaterra, para ver
el Big Ben y el Palacio de Buckingham en Londres; o a Francia, para ver la
torre Eiffel en París. Podríamos seguir la lista con países de los cuatro
continentes. Generalmente, las atracciones siguen siendo las mismas con el paso
de los años. Lo complicado es ofrecer nuevos atractivos turísticos para que las
personas regresen a ver “otras cosas”, “lo nuevo”.
Costa Rica
lo está haciendo bien. En el país se acaba de firmar un acuerdo para adquirir
Créditos para la Reducción de Emisiones de Carbono de alrededor de $63 millones
de dólares. El acuerdo fue firmado por el Gobierno de ese país y el Fondo
Cooperativo para el Carbono de los Bosques (Forest Carbon Partnership Facility
FCPF. http://www.forestcarbonpartnership.org).
Ya de por
sí Costa Rica era conocida por su riqueza natural. Gran diversidad de entornos
naturales, tales como montañas, bosques, manglares, cavernas, aguas termales,
lagunas, volcanes, valles y llanuras, han hecho de este país un destino
obligado para los amantes de la naturaleza. Actualmente, Costa Rica cuenta con
26 zonas protegidas, 22 parques nacionales, 10 refugios para la vida silvestre,
8 reservas forestales y 12 reservas biológicas. Sin embargo, con este acuerdo,
el país abre la puerta a nuevos atractivos turísticos que se irán desarrollando
con el paso del tiempo, pues se tiene planeado proteger y regenerar un
aproximado de 340 mil hectáreas entre terrenos privados y territorios
indígenas.
Con este
convenio, Costa Rica se convierte en el primer país que tiene acceso a pagos
por resultados, al conservar sus bosques, regenerar sus tierras y ampliar sus
sistemas agroforestales para actividades productivas sostenibles, según informó
el Banco Mundial. La meta: convertirse en el primer país Carbono Neutral para
el 2021. Se dice fácil, pero para lograr sus objetivos, deberán hacer una mejor
gestión de las tierras forestales y agrícolas de donde se obtendrá casi el 80%
de la reducción de emisiones.
Estacionarse
en los mismos atractivos turísticos por décadas no hace a un país más
atractivo. Con lo que se ha ofrecido siempre, seguirán viajando nuevas personas
a conocer el país, pero tal vez no regresen. Al reinventarse, un país logra que
los viajeros repitan la visita y que además comuniquen sus nuevos
descubrimientos a más personas que con el tiempo desearán viajar al país.
Ejemplos de
países que han reinventando su oferta turística son Perú con la gastronomía,
China como un destino para los deportes en nieve, Taiwán como un destino gastronómico
y uno de los más recientes: Belfast. La capital de Irlanda del Norte le ha
cambiado la cara al país que era conocido por el terrorismo que ahí se gestaba
y que ahora recibe anualmente a casi un millón de turistas gracias a la
apertura de un museo dedicado al Titanic, en el mismo lugar en donde fue
construido en 1911. Para lograr su cometido, estos países han tenido que firmar
acuerdos, hacer políticas, reformas, construcciones, inversiones e involucrar
al país entero. Una labor titánica que puede durar más de una década; pero al
final, el esfuerzo habrá valido la pena al generar una derrama económica para
el país y generar empleos para mejorar la vida de la población.