Me gusta
ver las tiendas durante estas fechas. Todos ponen su mayor esfuerzo para poner
los aparadores lo más atractivos posible. Muñecos de nieve, esferas de colores,
nieve artificial, árboles sin hojas y otros objetos relacionados con la época,
adornan todas las tiendas. Lo mejor, son las melodías navideñas, algunos las
adoran y otros las terminan alucinando. Lo que sí es cierto, es que la mayoría
tiene ganas de comprar.
En Alemania
las ofertas ya empezaron y aunque algunos consideran que no son ofertas reales, los centros comerciales y los outlets están abarrotados, gente
por un lado y por otro, con miles de prendas u objetos para comprar. Música
navideña, anuncios enormes con ofertas del 30, 50 o 70 porciento, llaman la
atención. Los olores también son
importantes, combinaciones de canela con manzana, galletas recién horneadas y
otros olores a postres y bebidas calientes de frutas, hacen que el ambiente
cobre otro significado.
Las
sensaciones son extremadamente importantes hoy en día. Todo lo que los sentidos
pueden percibir y que combinados dan lugar a las sensaciones y con ello a la
experiencia, nos hará sentir a gusto en un lugar o no, hará que compremos o que
salgamos a buscar un lugar mucho más tranquilo en el que nos sintamos más a
gusto y haga que la compra “fluya”. La mercadotecnia experiencial tiene lugar
en cualquier parte y en cualquier momento. La marca se esfuerza por comunicar
su mensaje principal, pero también por ser recordada y hacer sentir al cliente
que es parte de algo más que una marca y un producto, que es parte de un estilo
de vida. Con la experiencia, no hace falta estar en un lugar, los olores, los
sabores, la decoración, la música, las texturas, el servicio y la disposición
de las cosas, entre muchos otros elementos, hacen que nos sintamos ya en un
lugar y que lo disfrutemos.
Un elemento importante de todo este sin fin de
sensaciones y experiencias es pues, el estilo de vida. Ese estilo de vida que
nos gusta tener, o el aspiracional, aquél que queremos llegar a tener. No son
solo productos y marcas las que se venden, también son lugares, ocasiones,
entornos, amistades, encuentros, reuniones, pláticas, personas y personajes que
nos imaginamos cuando estamos ante un sinfín de sensaciones. Cuando compramos
los regalos de navidad, no pensamos en el ambiente en particular de melodías
navideñas y olor a canela y manzana en el que estamos envueltos en ese momento
preciso de la compra; pensamos más bien en el momento en que la persona abrirá
el regalo, en cómo se sentirá, lo que los demás comentarán, en fin, nos
transportamos en segundos a ese momento en particular. Cuando compramos los
adornos del árbol, pensamos en el momento en que lo disfrutaremos, las personas
que estarán con nosotros y el ambiente alrededor de éste. Así podemos ir
enumerando varios productos que compramos
y que no son de primera necesidad, pero que por sus mismas
características forman parte de un estilo de vida.
Como vemos,
la experiencia hoy en día, las sensaciones y sobre todo, el estilo de vida
cobran fuerza para llevar a las marcas a un nivel mucho más propositivo y
demandante. Los consumidores van un paso más adelante y ya no buscan solamente
un producto o una sensación pasajera, buscan además ser parte de un estilo de
vida.