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"Sensaciones de Navidad". 02 de Diciembre de 2013.



Me gusta ver las tiendas durante estas fechas. Todos ponen su mayor esfuerzo para poner los aparadores lo más atractivos posible. Muñecos de nieve, esferas de colores, nieve artificial, árboles sin hojas y otros objetos relacionados con la época, adornan todas las tiendas. Lo mejor, son las melodías navideñas, algunos las adoran y otros las terminan alucinando. Lo que sí es cierto, es que la mayoría tiene ganas de comprar.
 
En Alemania las ofertas ya empezaron y aunque algunos consideran que no son ofertas reales, los centros comerciales y los outlets están abarrotados, gente por un lado y por otro, con miles de prendas u objetos para comprar. Música navideña, anuncios enormes con ofertas del 30, 50 o 70 porciento, llaman la atención.  Los olores también son importantes, combinaciones de canela con manzana, galletas recién horneadas y otros olores a postres y bebidas calientes de frutas, hacen que el ambiente cobre otro significado.

Las sensaciones son extremadamente importantes hoy en día. Todo lo que los sentidos pueden percibir y que combinados dan lugar a las sensaciones y con ello a la experiencia, nos hará sentir a gusto en un lugar o no, hará que compremos o que salgamos a buscar un lugar mucho más tranquilo en el que nos sintamos más a gusto y haga que la compra “fluya”. La mercadotecnia experiencial tiene lugar en cualquier parte y en cualquier momento. La marca se esfuerza por comunicar su mensaje principal, pero también por ser recordada y hacer sentir al cliente que es parte de algo más que una marca y un producto, que es parte de un estilo de vida. Con la experiencia, no hace falta estar en un lugar, los olores, los sabores, la decoración, la música, las texturas, el servicio y la disposición de las cosas, entre muchos otros elementos, hacen que nos sintamos ya en un lugar y que lo disfrutemos.

 Un elemento importante de todo este sin fin de sensaciones y experiencias es pues, el estilo de vida. Ese estilo de vida que nos gusta tener, o el aspiracional, aquél que queremos llegar a tener. No son solo productos y marcas las que se venden, también son lugares, ocasiones, entornos, amistades, encuentros, reuniones, pláticas, personas y personajes que nos imaginamos cuando estamos ante un sinfín de sensaciones. Cuando compramos los regalos de navidad, no pensamos en el ambiente en particular de melodías navideñas y olor a canela y manzana en el que estamos envueltos en ese momento preciso de la compra; pensamos más bien en el momento en que la persona abrirá el regalo, en cómo se sentirá, lo que los demás comentarán, en fin, nos transportamos en segundos a ese momento en particular. Cuando compramos los adornos del árbol, pensamos en el momento en que lo disfrutaremos, las personas que estarán con nosotros y el ambiente alrededor de éste. Así podemos ir enumerando varios productos que compramos  y que no son de primera necesidad, pero que por sus mismas características forman parte de un estilo de vida.

Como vemos, la experiencia hoy en día, las sensaciones y sobre todo, el estilo de vida cobran fuerza para llevar a las marcas a un nivel mucho más propositivo y demandante. Los consumidores van un paso más adelante y ya no buscan solamente un producto o una sensación pasajera, buscan además ser parte de un estilo de vida.

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