La revista Forbes enlista a las 100 mujeres más poderosas del mundo. A la cabeza se
encuentran Angela Merkel (59 años) Canciller de Alemania, seguida por Dilma
Rousseff (66 años), Presidenta de Brasil; le siguen Melinda Gates (59),
Michelle Obama (50) y Hillary Clinton (66).
De estas
100 mujeres, algunas son Directoras Generales de importantes empresas, otras se dedican a la política, otras son
activistas o empresarias. Pero ¿cuáles son las características que hacen que
estas mujeres ocupen puestos de poder y que formen parte de esta lista de las
mujeres más poderosas?. Ellas ocupan puestos que no hubieran obtenido, o que no
hubieran desarrollado efectivamente, si no contasen con una educación adecuada.
Es pues, en definitiva, la educación un factor fundamental de éxito. Sin
embargo, algunas mujeres no han tenido la oportunidad de educarse o no han
tenido ni siquiera acceso a la educación en sus países. ¿Cómo se puede
aprovechar una oportunidad cuando ésta simplemente no existe?. Definitivamente,
la primera oportunidad que estas mujeres poderosas tuvieron en su vida, la
constituyó la educación. Es por eso que es sumamente importante que las niñas
tengan igualdad de oportunidades en cualquier parte del mundo.
La historia
de Malala Yousafzai es sólo una de tantas historias de niñas a las que no se
les permite acceder a la educación en sus países. A los 14 años, Malala, una
reconocida activista paquistaní desde los 11 años en favor de la educación de
las niñas de su país, fue herida por talibanes mientras se trasladaba en un
autobús a su casa de regreso de la escuela. Lo que ha pasado después con Malala
ya es historia, pues ha sido reconocida mundialmente con el Premio Sajarov del
Parlamento Europeo 2013 a la Libertad de Expresión y Conciencia de la
Eurocámara. Sin embargo, otras niñas aún necesitan educación en varios rincones
del mundo, los más pobres la mayoría de las veces y en las comunidades rurales,
en donde es frecuente que se matriculan menos niñas que niños. Es por eso que
organismos diversos como el Banco Mundial, se preocupan por hacer llegar la
educación a todos los rincones del mundo teniendo en cuenta siempre que exista
una igualdad de género. De hecho, uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio
2015 (The Millenium Development Goals and the Road to 2015), es lograr la
educación primaria universal para 2015.
Pero la
situación no es tan sencilla, en algunas regiones por ejemplo, los padres no
autorizan a las niñas a asistir a las escuelas si los maestros son del sexo
masculino. La falta de docentes de sexo femenino, es también uno de los
factores que causan una inscripción deficiente. Al final se convierte en un
círculo vicioso en donde las niñas no se preparan, no pueden ser maestras y
otras niñas no pueden inscribirse porque no existen docentes del sexo femenino.
Esperemos
que muy pronto las oportunidades sean las mismas tanto para niñas como para
niños. Una madre preparada puede hacer frente de mejor manera a los retos de la
educación de sus hijos. Desgraciadamente, las trabas culturales no terminan y
las oportunidades no llegan.