El día de
ayer, 24 de agosto, se hicieron 4 años que escribo la columna Marketicom para el diario Síntesis
de Puebla. Aprovecho esta columna para agradecerles el espacio para las más de 200 columnas que he escrito,
por dejarme seguir escribiendo y por la confianza. Muchas gracias a todos.
Y
aprovechando que se acerca el mes patrio, me he permitido hacer unas
reflexiones sobre mi país.
No voy a
hacer comparaciones porque comparar a mi país con otros no me parece de ninguna
manera constructivo. Cada país tiene una historia y las circunstancias que en
ella se vivieron, han hecho que estos países ahora tengan el país que tienen, y
lo mismo sucede con México. Más bien quiero centrarme en lo que podemos hacer
cada uno de nosotros.
Si sabemos
en qué estamos fallando, ¿por qué no lo hemos cambiado?. Día con día leo las
noticias de mi país y los comentarios que los lectores dejan debajo de cada una
de ellas. En repetidas ocasiones se refieren a las cosas que suceden como “así
ha sido siempre”, “lo mismo”, y lo que es peor, lo comparan con otros países y
aseguran que “si estuviéramos en tal o cual país”, todo sería perfecto, cuando
para conocer en realidad un país, hay que vivir y trabajar en él, pero sobre
todo, pagar sus impuestos y hacer uso de sus servicios o involucrarse en las
políticas sociales del país, leer sus noticias, escuchar a sus políticos y
dirigentes. Las vacaciones no cuentan, estar en un lugar turístico, por obvias
razones, nos hace ver sólo lo más bonito de ese lugar. Y trabajar un año o dos
en alguna empresa tampoco, pues muchas veces la compañía está pagando los
gastos en el extranjero y no es posible apreciar la realidad que se vive en el
país. Cuando empezamos a seguir las “reglas del juego” de un país, a acatar las
leyes, a pagar los impuestos, a hacer uso de los servicios públicos, etc., a
intercambiar opiniones con sus ciudadanos, a conocer de primera mano los
beneficios o dificultades que enfrentan sus ciudadanos para vivir en un país,
las cosas se ven de otra manera. No todo es perfecto y cada país tiene su talón
de Aquiles.
Si queremos
un cambio para México, debemos empezar por cambiar nosotros mismos; por creer,
primero que nada, que somos parte de una sociedad, y que por consiguiente, el
cambio debe empezar por nosotros. Pero si estamos esperando que de repente
todos los mexicanos “se unan” y empiecen a “cambiar”, la espera será muy larga.
El futuro de nuestro país es ahora, cada día. Hay que hacer nuestro trabajo con
calidad y comportarnos como quisiéramos que todos los ciudadanos lo hicieran.
A los que
vivimos en el extranjero, muchas veces nos toca lidiar con los viejos
estereotipos que de nuestro país se tienen; con la ignorancia, porque dejarse llevar
por los estereotipos de un país es no conocer su verdadera realidad, hacerlos a
un lado y seguir adelante. Porque el estereotipo que tengan de nuestro país, no
nos hace ser como la gente piensa que somos todos. Nos toca actuar con calidad,
honestidad, responsabilidad y compromiso, como siempre lo hemos hecho. No sólo
porque ahora vivimos en otro país, sino porque así hemos sido siempre y así
somos muchos mexicanos.
El tiempo
es hoy y la responsabilidad es nuestra. Celebremos las fiestas patrias con reflexión
y contribuyamos todos a hacer de México un mejor país.
Buen inicio
de semana para todos y nos leemos el próximo lunes.