Enamorarse,
casarse y tener hijos ya no está siendo el camino normal de vivir y lo que
antes era anormal, está surgiendo hoy en día como un nuevo estilo de vida.
Según
Euromonitor Internacional y DeVries
Global, el mercado de mujeres sin hijos está compuesto por alrededor del 38% de
las mujeres en Estados Unidos, en edades comprendidas entre 20 y 44 años de
edad (la edad de la maternidad). Sólo en este país, esto representa un nicho de
mercado de unos 19 millones de mujeres. Así, la no-mamá, es definida como
soltera y nunca casada, o casada, o separada, o divorciada, o viuda, o no
casada pero viviendo con alguien (pudiendo ser una persona del mismo sexo),
pero en todos los casos, sin hijos.
El estudio
de DeVries “Shades of Otherhood” ha sacado a la luz algunas características, razones
y motivaciones del estilo de vida de estas mujeres, con lo cual se derriban
todos aquellos estereotipos que se han convertido en una constante en la
cultura popular como aquél que dicta que la mujer sin hijos vive una vida de
tristeza y desdicha y que no tiene idea de cómo cuidar a un niño. Entre otras
características, el 75% de estas mujeres tiene algún tipo de escolaridad y el
37% tiene al menos una licenciatura o un grado mayor de estudios. En general,
son mujeres inteligentes que disciernen constantemente sobre los diferentes aspectos
de su vida, razón por la cual en algún momento se plantearon seriamente si
querían ser madres. Sobre las razones por las cuales estas mujeres no tienen o
no tuvieron hijos, se encontró, entre otras cosas, el no tener tiempo para el
romance, no querer dejar atrás su libertad, el no sentirse preparadas para
tener un hijo, no considerarse económicamente eficientes para sostener a un
niño o esperar a tener un compañero, casarse y entonces tener un hijo. Lo
anterior no significa que no quisieran tener un hijo en ningún momento, pues
más de la mitad de las mujeres entrevistadas para este estudio, aún quieren ser
madres. Para la mayoría de estas mujeres sus prioridades son, en primer lugar afianzar
su carrera profesional y después, encontrar el amor, pues para ellas, su
independencia reviste una gran importancia.
En términos
de mercadotecnia, éste es un mercado que se encuentra en aumento, pues hoy en
día, casi el 20% de las mujeres terminan la etapa de maternidad sin hijos.
Entre los gastos que realizan están la compra de alimentos, viajes (más y más
largos), así como la compra de productos y servicios relacionados con la
belleza. Son más propensas a pasar más tiempo con amigos y vecinos, van a
restaurantes y asisten a clases y conferencias, cocinan y van al supermercado.
Y muy lejos de lo que se pudiera pensar, no gastan su dinero sólo en ropa y
zapatos, buscan el valor de las cosas y son responsables financieramente
hablando, usan cupones y comparan precios antes de hacer una compra.
Es un hecho
que una mujer no está destinada solamente a ser esposa y/o madre, hay mucho
más. Empezar a ver a este mercado como uno más de los muchos que existen hoy en
día, abre la puerta a muchas posibilidades, tanto para empresas, como para
consumidores. Así, en el futuro, estaremos viendo una redefinición de la percepción
que se tiene de las mujeres sin hijos, ya que ésta será una pieza clave para
que las empresas puedan ofrecerles a estas mujeres, productos y servicios encaminados a legitimar su estilo
de vida.