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"El boom de lo local" 20.10.2014

En un afán de obtener lo que otros países ofrecían, se generó la importación y exportación de alimentos y otros productos desde lugares lejanos en donde a su llegada, perdían su frescura o simplemente, al ser procesados para durar en su largo viaje, se carecía ya de la esencia que los caracterizaba en su forma original por haber sido tratados con químicos o transformados para encajar con el país de su destino. Por otra parte, los locales, cansados de consumir los productos propios, también buscaron los de otros países, para dar variedad a su vida y también para proyectar una imagen de mayor poder económico y cultural; pero esto está llegando a su fin y el consumo de lo local está tomando fuerza en el mundo, ya sea para apoyar a los productores locales, para consumir productos frescos libres de químicos o simplemente, debido a una floreciente valoración de lo propio.

En Indonesia, hoteles de lujo pagan a Chamanes para que alejen la lluvia de sus hoteles, tal es el caso de los hoteles Starwood y Accor. Lo que antes parecía primitivo, ahora reviste un carácter atractivo para los turistas, lo cual obedece a estar en contacto con la cultura local y apreciar lo que ofrecen otros países en un entorno real.

En Sud Tirol o Tirol del Sur, la empresa Lanz ofrece productos de la región, por lo que muchos de los productos provienen de agricultores y productores artesanales locales en más de un 90%. Con estas actividades, este supermercado reduce la famosa “huella de carbono” o las emisiones de Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera, al comprar alimentos y artículos que se producen en un radio de unos 50km y al emplear a personas de las comunidades vecinas.

Pero también los gobiernos organizan eventos para impulsar el consumo de los productos de la localidad. El mejor ejemplo es la última edición del Festival de Especialidades de la Región, celebrado el pasado 12 de octubre en Melsungen, Alemania, en donde participaron productores artesanales de diversos artículos, agricultores y un sin número de establecimientos que ofrecieron sus productos elaborados en la región. Quesos, jabones, embutidos, miel, pasteles, comida y juguetes sólo fueron algunos de los productos ofrecidos. Uno de los principales impulsores de este festival, fue la organización Slow Food, que como explicábamos en una columna anterior, aboga por llevar una vida alejada del estrés y la tensión, está en contra de la comida rápida y busca fomentar la sociabilidad y el disfrute de los alimentos. 

Esta revaloración de lo propio ha llevado también a varios países a ofrecer, entre su oferta turística, el “agroturismo”. Se trata de pasar las vacaciones en casa de granjeros a las afueras de la ciudad, en donde los turistas tienen la posibilidad de disfrutar haciendo las actividades propias de sus anfitriones. Ordeñar vacas, limpiar el establo, elaborar pan o queso, son algunas de las actividades que se ofertan. Aquí algunos ejemplos: http://www.agroturismosnavarra.com/ , http://farm.myswitzerland.com/

No hay nada como lo local. El sabor de los alimentos frescos, los paisajes, las actividades cotidianas, la cultura del lugar y su gente, son solo algunas de las muchas cosas que no pueden viajar de un lugar a otro y que sólo pueden ser apreciadas en su lugar de origen.

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