La semana pasada hablábamos de los estilos de vida que se encuentran actualmente en ascenso. Así, explicábamos de lo que se trataba el movimiento Vegan y
empezábamos a explicar lo que significaba el Movimiento Lento.
Siguiendo
con este último, recordemos que se trata de un movimiento que aboga por llevar
una vida plena, dejando de lado la aceleración y el estrés. Está en contra de
toda forma de comida rápida y se inclina por fomentar la sociabilidad y el
disfrute de los alimentos sin ninguna prisa, dejando intervenir en este
proceso, a todos los sentidos. De esta tendencia se desprenden otras, como el
Slow Food y las Slow Cities. Es en esta última en donde se busca fomentar la
producción de alimentos y artesanías del lugar, respetando en todo momento el
entorno natural para ofrecer las especialidades locales. Algunas de estas
ciudades, las cuales ya cuentan con la certificación “Cittaslow”, son Naramata en
Canadá y Penzlin en Alemania. He aquí algunas ligas de interés: http://www.slowfood.com/ , http://www.cittaslow.org/ , http://emotion-slow.de/
Sin
embargo, hay otros estilos de vida que aún no reciben un nombre y que muchas
personas están empezando a desarrollar, como el hecho de vivir una vida en
donde sólo se consuma lo necesario, buscando calidad y en donde se respete la
vida de las personas. La moda del consumismo ha llegado a cansar a muchos y hoy
en día consideran que no es necesario tener, por ejemplo, abrigos de todos los
colores y cambiarlos cada año, según las tendencias que dicta la moda. Al mismo
tiempo, les interesa que las personas que se encargan de elaborar las prendas
que compran, cuenten con condiciones de trabajo dignas. Para ello, existen organizaciones como Clean Clothes Campaign, que se encarga
de mejorar las condiciones de trabajo de los empleados de las industrias
textiles en las diversas partes del mundo como China y Bangladesh.
Asimismo, existen
quienes buscan una alimentación más saludable, consumen una menor cantidad de
carnes y grasas saturadas, sin que por ello se conviertan vegetarianos o incluso
vegan. Muchos cuentan con jardines en donde cosechan sus propias frutas,
verduras y hierbas aromáticas, libres de químicos. De la misma forma, consumen
productos locales según las estaciones del año y ayudan así a los productores
de la localidad a vender sus productos mientras se benefician consumiendo vegetales
y frutas frescas, a precios justos. En vez de consumir medicinas a la menor
molestia, buscan la ayuda de remedios naturales que ellos mismos elaboran. Asimismo,
se dedican a llevar una vida más “natural y relajada” practicando disciplinas
como la Meditación o el Yoga.
De alguna
manera estas corrientes o estilos de vida contienen algunos elementos del
Movimiento Lento y la vida Vegan; sin embargo, ofrecen muchas más opciones sin
ser totalmente radicales. Y aunque hoy son un nicho de mercado pequeño, con el
tiempo se convertirán en un conjunto de consumidores que exigirá que los
alimentos que consuman estén libres de químicos, que la ropa que compren valga
realmente su precio, que esté hecha con materiales de calidad y que las
personas que trabajan en la elaboración de estas prendas reciban, a cambio de
su trabajo, una remuneración adecuada; de la misma forma, que tanto plantas, animales
y personas, reciban el trato y el respeto que se merecen.