El pasado
11 de diciembre asistí a un interesante ciclo de conferencias sobre el Blog, en
la ciudad alemana de Salzgitter. Más que hablar sobre los blogs de empresas o
marcas reconocidas, los temas se centraron en los blogs desarrollados por
personas independientes, comunes y corrientes.
Sin duda
alguna, lo más interesante fue descubrir el enorme empuje que están teniendo
los blogs actualmente, o por lo menos así se vive hoy en día esta tendencia en
Alemania. Hay quienes llegan a afirmar que el ser bloguero podría sustituir el
contar con algún título universitario, pues sabiendo tener éxito, se podría
vivir de esta actividad. Pensamiento con el que estoy en total desacuerdo. En
fin que las principales discusiones giraron en torno a que si el blog era una
forma de periodismo, si había que ser periodista para desarrollar un buen blog,
sobre cuánta actividad se debía tener a la semana, si había que tomar más
fotos, que si había que contratar a un buen fotógrafo para que hiciera el
trabajo, etc, etc.
Los dueños
de las agencias de publicidad, también presentes, declararon abiertamente
buscar a las personas que más interés o seguidores generaban, mostraron las
herramientas de que se valían para encontrarlos y los contratos que ofrecían.
Al identificar a estos “influencers” (o personas con influencia en su
comunidad), la tarea era atraerlos para trabajar para sus agencias,
promocionando sus marcas y productos a cambio de un jugoso acuerdo monetario. Su
tiempo y comentarios, a cambio de dinero. Las agencias de publicidad buscan pues
que un blog sea ya en sí mismo una herramienta de influencia. Un blog con esta
característica debe de ser “auténtico”, con “alcance”, “relevante”, con
“reputación” y “repercusión”. Algo que sólo podían tener los blogs con miles de
lectores o seguidores.
¿Pero
quién, teniendo un blog con estas características le “vende su alma” a una
agencia?, se preguntaban los más puristas. Y es que según las opiniones,
existen dos tipos de blog, uno en donde se expresa el “yo” y con el que se está
a gusto desarrollando contenidos a su propio ritmo, o aquél blog que se
desarrolla únicamente para generar ganancias económicas. Por supuesto que una
cosa puede llevar a la otra, pero los más apasionados pensaban que una cosa es
añadir publicidad en la página y otra muy diferente es perder la “honestidad” de
la que se gozaba en un principio, para escribir información “favorecedora” para
una marca o producto en particular, recibiendo dinero a cambio.
Por su
parte, los blogueros más comerciales declararon firmemente que su finalidad
última era esa, ganar dinero con el blog y escribir bien de quien les pagara
por ello. Sin embargo, enfatizaron que lo malo de empezar a colaborar con una
agencia o con una marca, es que ya no se puede trabajar con nadie más. Así, si
se empezó publicitando la mantequilla natural de la marca tal, para un blog de
cocina, va a ser muy difícil cambiar de artículo cuando ya se ha identificado
al blog con ese producto y se ha hablado maravillas de la marca. Cambiar de
productos de la noche a la mañana porque se perdió el contrato con determinada empresa,
actuaría en detrimento de la credibilidad del bloguero, de su popularidad y
generaría con ello, su propia ruina. En
Creo que
los blogs son una nueva forma de consumir y producir contenidos interesantes y
diversos. Son en sí mismos un ejemplo de libertad de expresión. No creo que la finalidad
última de la creación de un blog sea generar dinero, porque tal vez esto no se consiga.
Más bien considero que un blog debe ser un proyecto personal desarrollado desde
un tema que al autor le apasione; lo demás, es lo de menos.