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Fuente: Periódico Síntesis 05.01.2016 |
Pedir el
ticket para ver si se puede cambiar el regalo es ir demasiado lejos, y lo mejor
es cuando quien obsequia ofrece esa oportunidad a quien le dio el presente. Una
de las primeras soluciones es guardar lo recibido para regalarlo después. Sí,
el conocido “roperazo” es real y muchas personas lo hacen, lo peor es que se
nota. Lo ideal es evitarlo.
Pero, ¿por
qué seguimos regalando, tratando de identificar los gustos de los demás e
invirtiendo horas tratando de encontrar el regalo perfecto?. Para los que
regalan, es una forma de mostrar aprecio por el otro. Y para los que reciben,
que alguien les obsequie algo que estaban deseando o algo que ni siquiera se
esperaban, pero que coincide con sus gustos, no tiene precio. Es una actividad
totalmente emocional.
Es por eso
que las dichosas tarjetas de regalos, en donde se pone una cierta cantidad de
dinero para que la persona compre lo que quiera en una tienda departamental en
particular, joyería, juguetería, etc., no son tan aceptadas del todo. Hace ya
un buen tiempo que las empresas ofrecen esta opción y éstas no han remplazado
totalmente la costumbre de dar regalos personalizados. El monto del “regalo” o
la cantidad a poner en la tarjeta, es el primer inconveniente. ¿Qué tanto es
mucho o poco?. A menos que aquél que acepte el regalo sea muy agradecido,
cualquiera que sea el monto se traducirá en generosidad o tacañería. La mal
vista costumbre de regalar dinero al otro se oculta un poco con las tarjetas,
pero al final es un poco de lo mismo y muchos ven esta acción como una falta de
tiempo y de preocupación por los demás.
Entonces,
¿cuál es el regalo perfecto?. Para recibir el regalo perfecto , tanto la
persona que regala, como la que recibe, tienen que estar en el mismo “canal”;
esto es que ambos tienen que tener la misma idea de lo que es un regalo
perfecto, ya sea una tarjeta con dinero para comprar cosas en una tienda, una
tarjeta de recortes hecha a mano, dinero, ropa, calcetines, un libro, chocolates,
etc. ¿Cómo se logra?. Con los niños es más fácil, pues éstos hacen una
lista a “Santa” de lo que les gustaría recibir
y a menos que Santa les regale algo que no pidieron, seguramente veremos
caritas felices. Entre adultos, el asunto es un poco más complicado. Entonces,
no es necesario hacer una lista, pero sí se puede, con meses de anticipación,
decir lo que a uno le gustaría recibir, qué artículo no se debe confundir con
el otro, qué colores no nos gustan, etc... Hay que pensar con antelacion y entonces
dar “pistas” de los diferentes regalos que nos gustaría recibir. Obviamente no
sólo pensar en lo más caro, dar opciones variadas de diferentes precios asegura
que recibamos algo que nos guste. Ya si el que regala no entiende las pistas,
es otra cosa, pero tratar de que a uno le regalen algo que le gusta, también
está permitido. Quien regala se sentirá feliz de haber “encontrado” el regalo
perfecto y el que recibe estará contento con lo recibido.
Les deseo
que este año que inicia esté lleno de éxitos tanto en el ámbito personal como
en el profesional. Feliz 2016 y excelente inicio de semana para todos.