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"De cómo nos inundamos de plástico". Periódico Síntesis 08.07.2019




Según el informe “La nueva economía de los plásicos”, presentado este año en el Foro Económico de Davos, para el año 2050, en los océanos habrá más plástico que peces. Y es que aunque en el mundo se están llevando a cabo acciones para contrarrestar el uso de este material, los esfuerzos no son suficientes, y lejos de erradicar su uso, éste ha ido en aumento, pues para ciertos usos, no se han encontrado materiales substitutos. Es por ello que cada año terminan ocho millones de toneladas de residuos plásticos en los océanos.

Y si se trata de reciclar, según la ONU, sólo el 9% de los residuos plásticos se recicla y el 12% se incinera; esto quiere decir que el reciclado no ha sido tan eficiente como debería. Por lo pronto en Alemania ya se vislumbra la posibilidad de prohibir el uso de vajillas de plástico desechables, así como la implementación de un impuesto especial para cada estado por cada kilogramo de residuos plásticos no reciclados.

Este material está en todos lados y convivimos con él a diario. No tenemos que ir muy lejos para analizar lo que está pasando. Trate de vivir sin plásticos por un día, intente no comprar nada que esté compuesto de este material, que se sirva o que esté envuelto en plástico, se dará cuenta que está en todos lados y descubrirá lo absurdo de alguno de sus usos, como forrar los pepinos en plástico. Aquí en Europa, aunque también se venden a granel, algunos pepinos vienen forrados en plástico transparente para protegerlos, lo más absurdo es que en la misma la pila de los pepinos en el supermercado, hay muchos pepinos sin plástico, están en perfecto estado y cuestan lo mismo. Muchos productos que se promocionan como “bio” también se venden en envolturas de plástico cuando en realidad esto no es necesario; así, lechugas, pimientos morrones, limones y manzanas, por mencionar sólo algunos productos, se comercializan en empaques de plástico.

No creo que no haya nadie en el mundo que no esté enterado del problema y que desee ayudar de alguna manera. Sin embargo, es más fuerte lo acostumbrados que estamos, no sólo a los empaques de plástico, sino a los contenedores, al café para llevar y en general a los platos y vasos desechables, que a veces pasamos por alto que estamos contribuyendo a llenar el mundo de plástico.

La solución se tiene que ir dando de manera gradual, por supuesto, pero tanto consumidores como productores y todos aquellos involucrados en el diseño, distribución, venta y promoción de un producto, deberían aportar ideas para solucionar el problema.

No basta con dejar de pedir u ofrecer bolsas de plástico en los supermercados, como consumidores, tenemos que elegir aquellos productos que no sean de este material, que no se sirvan, se empaqueten o se envuelvan en plástico.

Que tengan todos un buen inicio de semana.

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