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Periódico Síntesis 24.06.2019 |
El manejo y
almacenaje de datos por parte de empresas como Facebook, Apple, Amazon y
Google, está cambiando la forma de ver el mundo. Específicamente, una nueva
cara de los negocios en donde los datos son el nuevo oro –digital-.
En el
pasado y todavía hoy en día, si queríamos conocer los gustos y preferencias de
los consumidores, hacíamos investigaciones de mercado, entrevistas, encuestas,
etc. Con la llegada de Internet, las grandes corporaciones se han encargado de
almacenar una aberrante cantidad de datos sobre nosotros, nuestras compras,
gustos y preferencias. Con esta información se hace un perfil de consumo y se
nos ofrece exactamente lo que estamos “buscando” o lo que “necesitamos” en un
momento en particular. Después, infinidad de “sugerencias” aparecen en forma de
publicidad en las pantallas de nuestras computadoras o aparatos digitales.
Si bien es
cierto que es cómodo que sin hacer ningún esfuerzo de repente nos ofrezcan
productos que posiblemente estemos buscando o necesitemos en un momento dado,
lo que es incómodo o más bien inapropiado es que se almacene información
nuestra sin autorización, para venderla o para usarla como herramienta
publicitaria. Para nadie es un secreto que gran cantidad de datos sobre
nosotros son almacenados y centralizados en los servidores de compañias tecnológicas
que los usan para su propio beneficio. Esto con la consecuencia de que el valor
y el potencial económico de esos datos se restringe sólo a esas pocas empresas.
Es por eso
que en los últimos años se ha estado manejado la posibilidad de que los
consumidores pudieran tomar el control de sus propios datos y pudieran decidir
qué información sobre ellos se puede almacenar y con qué propósitos. La
autorización del consumidor sería sólo una de los beneficios de este cambio en
el creciente negocio del manejo de datos. Otro beneficio sería que cualquier
persona pudiera acordar vender o no sus datos y decidir si quiere que se
divulgen y/o se usen con fines comerciales. Además, cada uno de nosotros podría
determinar si quiere ser sujeto de estudio y a qué precio. Esto último sería
posible si el consumidor decidiera autorizar ser rastreado (como ya lo somos)
por estas empresas para conocer sus gustos, comportamientos de compra en el día
a día y preferencias. Y no sólo eso, también podría decidir vender datos
recabados bajo determinadas situaciones; por ejemplo, cuando se encuentre
pasando por una enfermedad o por un proceso como el embarazo, condiciones que
conllevan comportamientos de compra específicos. Con esto, las empresas serían
capaces de determinar o predecir, con la ayuda de los datos de otros
consumidores en esta misma situación, intenciones de compra o comportamientos
de consumo.
Según Agnes
Budzyn, Directora General de Crecimiento Global de Consenesys AG, esto podría
ser posible con la ayuda de la tecnología de cadena de bloques, mejor conocida
como Blockchain. De esto hablaremos la próxima semana.
Mientras
tanto, que tengan todos un buen inicio de semana.