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Fuente: Periódico Síntesis 09.10.2019 |
Hace muchos años, una buena amiga y yo platicábamos extensamente sobre la inteligencia. Los escritos de Gardner nos hacían pensar en una sociedad que en el futuro reconociera a las personas por sus diferentes inteligencias y no sólo a aquellos que sobresalieran por sus notas académicas.
Aunque la
teoría de Gardner sobre las inteligencias múltiples se ha extendido por el
mundo, todavía se sigue midiendo la inteligencia de una persona por sus
calificaciones en la escuela o su coeficiente intelectual. Es un modo simple,
pero a la vez injusto de medir o evaluar a una persona. Infinidad de jóvenes se
enfocan sin éxito a obtener un desempeño académico sobresaliente dejando de
lado sus otras inteligencias o talentos; y lo que peor, dejando que éstas se atrofien
con el paso del tiempo. Lo ideal sería que las escuelas le dieran a los
estudiantes la oportunidad de aprender según sus talentos, o que los orientaran
para saber cuáles son exactamente esos talentos y que los ayudaran a
desarrollarlos; desgraciadamente, sólo algunas instituciones o universidades
ofrecen esta posibilidad.
He sido
docente universitario por casi 20 años, y en todo este tiempo he podido
comprobar que aquellos alumnos que no son precisamente “brillantes” en la
universidad, tienen otros talentos y sobresalen en diferentes áreas como la
música, la danza, los negocios, el deporte o la oratoria (por mencionar sólo
algunas). También me he encontrado con jóvenes que estudian una carrera sólo
por darle gusto a sus padres, porque todos en la familia han sido abogados o
ingenieros, por cumplir, y que una vez obtenido el título harán lo que
realmente desean. O aquellos estudiantes que ya tienen éxito en en la música o
los negocios, pero que “tienen” que terminar la universidad porque se les
discrimina si no tienen un título universitario.
También
está el consejo de especializarse en un área dejando de lado otros intereses o
habilidades. Si bien es cierto que enfocándose en un aspecto en particular se logra
afinar esa habilidad hasta la perfección y con ello lograr sobresalir, el dejar
de lado otras habilidades, traerá como consecuencia que se pierda la
oportunidad de desarrollarse en otras áreas en las que se podría ser igual o
más exitoso. Sé que desarrollar otras habilidades toma tiempo y que ese tiempo
se podría dedicar a perfeccionar una sóla habilidad; sin embargo, también he
sido testigo de que aquellas personas que se desempeñan al mismo tiempo en
diferentes áreas o que alimentan constantemente sus diferentes talentos, tienen
la ventaja de poder cambiar de área o trabajo según las circunstancias o según
les convenga.
Entonces,
en vez de exigir notas académicas a los jóvenes que no tienen habilidades en
esta área, se les debería ayudar a identificar sus talentos y ayudarles a
perfeccionarlos. Sólo así pasaremos de tener egresados frustrados en
insatisfechos con un título universitario, a tener personas que brillen por su
talentos, que ganen dinero con ellos, que se les reconozca como es debido y que
aporten a la sociedad desde las áreas que dominan.